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39na Sesión de Círculo de Lectura: Masculinidades

Tuvimos nuestra 39na sesión de nuestro Masculinidades - Círculo de Lectura y 25ta sesión en línea (por la situación del covid19) el día de ayer, miércoles 10 de marzo de 2021 vía remota. 📚


Para esta ocasión, y en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, leímos un ensayo con temática de Teoría e Historia del Arte. El ensayo fue '¿Por qué no han existido grandes mujeres artistas?' de Linda Nochlin, publicado en el libro Crítica Feminista en la Teoría e Historia del Arte de Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz, el cual reúne una compilación de ensayos . 📲📖


Realizamos nuestra comprensión y reflexión entorno a las siguientes preguntas:

 

¿Por qué no han existido grandes mujeres artistas?


Linda Nochlin comienza diciendo que deben cuestionarse las suposiciones “naturales” y deben ser sacadas a la luz las bases míticas de gran parte de los así llamados hechos. ¿A qué se refiere con ello? ¿En qué ejemplos de esto podemos pensar? ¿Cómo podemos relacionarlo con la epistemología?


En el campo de la historia del arte, el punto de vista del hombre blanco occidental, inconscientemente aceptado como el punto de vista del historiador del arte, puede resultar y resulta de hecho, inadecuado no solamente al considerar cuestiones morales y éticas o por su elitismo, sino por razones únicamente intelectuales.


Nochlin también menciona que podemos considerar la tácita dominación de la subjetividad del hombre blanco como una en una serie de distorsiones intelectuales que deben ser corregidas para lograr alcanzar una visión más adecuada y precisa de las situaciones históricas. ¿Por qué elige mencionar la subjetividad del ‘hombre blanco’ y no otra?


Linda Nochlin comenta que la pregunta ‘¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?’ la utiliza como un catalizador para explorar y cuestionar los paradigmas de las suposiciones básicas y ‘naturales’. ¿En qué otra serie de preguntas y cuestionamientos podemos pensar que sirvan a este propósito?


De las posibles reacciones a esta pregunta, dice que la primera es ‘tragarse la carnada’ e intentar responder a la pregunta tal y como está planteada. ¿Qué argumentos da Nochlin en contra de responder de esta manera? Ciertamente vale la pena responderla tal cual en tanto que aporta a nuestro conocimiento sobre los logros de las mujeres y sobre la historia del arte en general. Sin embargo, no hacen nada por impugnar las suposiciones que subyacen en la pregunta: “¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?” Más bien, hacen todo lo contrario: tácitamente refuerzan sus implicaciones negativas, al intentar responderla.


Otro intento de respuesta a la pregunta supone desplazar ligeramente el terreno y afirmar que en el arte de mujeres existe un tipo ‘diferente’ de grandeza que el que existe en el arte de los hombres. ¿Qué podemos decir de esta otra reacción? La experiencia y la situación de las mujeres en sociedad, y por ende como artistas, es diferente a la de los hombres. Sin embargo, la pura elección de un ámbito temático o la restricción a ciertos temas no debe ser equiparada con el estilo, mucho menos con algún tipo de estilo esencialmente femenino. El problema reside, no tanto en algunos conceptos feministas de lo que es la femineidad, sino en la falsa interpretación de lo que es arte, compartida con el público en general.


Linda Nochlin comenta que debemos preguntarnos quién está planteando estas preguntas y entonces a qué propósito sirven estos planteamientos. ¿A qué se refiere?


También, menciona que el denominado “problema de la mujer”, como todos los asuntos humanos, no tiene una “solución” negociable en absoluto, ya que los problemas humanos requieren de una reinterpretación de la naturaleza de la situación, o una alteración radical de la actitud o programación en los problemas mismos.


¿Por qué no es realista esperar que la mayoría de los hombres en cualquier campo veamos pronto la luz y descubramos que es de nuestro propio interés otorgar a la mujer la total igualdad? Después de todo, existen pocas áreas que son “negadas” a los hombres. Si el nivel de operaciones requeridas es trascendente, es de responsabilidad o lo suficientemente recompensado, los hombres que tienen necesidad de una participación “femenina”, por ejemplo, con bebés o niños alcanzan la condición de pediatras o sicólogos infantiles, con una enfermera que haga el trabajo rutinario.


Nochlin dice que ‘aquellos que tienen privilegios inevitablemente se aferran con fuerza a ellos, sin importar que tan marginal sea la ventaja que involucran, hasta verse obligados a someterse a un poder superior de cualquier tipo. Entonces, la cuestión de la igualdad de la mujer —en las artes como en cualquier otro ámbito— no recae en la benevolencia o voluntad enferma de los hombres en particular y tampoco en la confianza en sí misma o envilecimiento de las mujeres en particular, pero sí en la naturaleza misma de nuestras estructuras institucionales y la visión de la realidad que imponen a los seres humanos que forman parte de ellas.’ ¿Entonces, qué podemos hacer frente a los privilegios? ¿Hay alguna manera en la que nos podamos posicionar con respecto a ellos?


El texto menciona que el genio, por su parte, se considera como un poder misterioso e intemporal que de alguna manera está incrustado en la persona del gran artista. ¿Cómo perjudica este concepto de ‘genio’ el carácter estructural de la dominación masculina en las artes, y en general en cualquier campo? Se percibe a las estructuras sociales e institucionales en las que vivió y trabajó como meramente secundarias. Tan pronto como se deja atrás el mundo de los cuentos de hadas y de las profecías autocomplacientes y, en su lugar, se miran fríamente las situaciones actuales en las que ha existido una importante producción de arte en toda la gama de estructuras sociales e institucionales a lo largo de la historia, se encuentra que las mismas preguntas que son productivas o relevantes para que un historiador plantee, se conforman de manera distinta.


¿Cómo vienen a cambiar la perspectiva con la que se plantea este tema preguntas como ‘¿de qué clases sociales es más seguro que surja un artista en diferentes periodos de la historia del arte?, ¿de qué castas o subgrupos?’?


Cuando se hacen las preguntas correctas acerca de las condiciones necesarias para producir arte, respecto de las cuales la producción de un gran arte es un tema menor, no existirá la duda de que habrá cierto debate sobre las situaciones concomitantes de inteligencia y talento en lo general, no simplemente genio artístico.


La pregunta “¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?” nos ha llevado, hasta el momento, a la conclusión de que el arte no es una actividad autónoma y libre de un individuo superdotado “influido” por artistas que le anteceden y, más vaga y superficialmente, por “fuerzas sociales”. En cambio, nos ha conducido a que la situación total de la creación artística, tanto en términos de desarrollo del creador artístico como en la naturaleza y calidad de la obra de arte en sí, ocurren en una situación social, son elementos integrantes de esta estructura social y están mediados y determinados por instituciones sociales específicas y definidas, sean éstas academias de arte, sistemas de patrocinio, mitología de un creador divino, el artista como el hombre o proscrito social.


¿Qué nos dice el papel de las instituciones y lo estructural el ejemplo de la sección ‘La cuestión del desnudo’?


¿Qué nos dice de las relaciones de poder mediante el género el ejemplo de la sección ‘El logro de las damas’?


¿Qué podemos pensar desde los privilegios en el ejemplo de la sección ‘Éxitos’?


En conclusión, ¿qué podemos responder de la pregunta original del ensayo: ‘¿por qué no existen grandes mujeres artistas?’? Al poner énfasis en las condiciones institucionales —públicas— más que individuales o privadas para el éxito o fracaso en las artes, he tratado de proveer un paradigma para la investigación de otras áreas en este campo. Al examinar con algún detalle un solo caso de privación o desventaja —la falta de disponibilidad de modelos desnudos para las estudiantes de arte— he sugerido que era institucionalmente imposible para las mujeres alcanzar la excelencia o el éxito artístico en el mismo nivel que los hombres, sin importar el potencial de su llamado talento o genio. La existencia de un pequeño grupo de exitosas, si no es que grandes, artistas a lo largo de la historia no niega este hecho, así como tampoco la existencia de algunos destacados realizadores simbólicos entre los miembros de cualquier grupo minoritario. Y en tanto que, en el mejor de los casos, los grandes logros son raros y difíciles, es aún más raro y difícil que, mientras se trabaja, se deba luchar contra los demonios internos de la duda, la culpa y contra el monstruo externo del ridículo o del estímulo condescendiente, ninguno de los cuales tiene una conexión específica con la calidad del arte como tal.

 

🤯💥


Les agradecemos mucho por asistir, seguiremos habilitando estos espacios para poder seguir reflexionando y detonando masculinidades libres de violencia.✨


Amigo, si tú estás interesado, publicamos nuestras sesiones en Masculinidades - Círculo de Lectura👈 para que puedas acompañarnos.👍


Nota: No hubo fotos de esta sesión por haber sido realizada de manera virtual.


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