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32da Sesión de Círculo de Lectura: Masculinidades
Tuvimos nuestra 32da sesión de nuestro Masculinidades - Círculo de Lectura y 18va sesión en línea (por la situación del covid19) el día de ayer, miércoles 11 de noviembre de 2020 vía remota. 📚

Leímos el capítulo ¿Qué es la contra-sexualidad?, del libro Manifiesto contra-sexual, de Paul B. Preciado. El capítulo incluyó los Principios de la sociedad contra-sexual y el Contrato contra-sexual.📲📖
Realizamos nuestra comprensión y reflexión entorno a las siguientes preguntas:
Manifiesto contrasexual
¿Qué implicaciones tiene que Paul B Preciado en su investigación sobre el sexo tome como eje central al dildo?
¿Qué es la contra-sexualidad? No es la creación de una nueva Naturaleza, sino más bien el fin de la Naturaleza como orden que legitima la sujeción de unos cuerpos a otros. Es un análisis crítico de la diferencia de género y de sexo, producto del contrato social heterocentrado, cuyas performatividades normativas han sido inscritas en los cuerpos como verdades biológicas (Butler). La contra-sexualidad apunta a sustituir este contrato social que denominamos Naturaleza por un contrato contra-sexual.
En el marco del contrato contra-sexual, los cuerpos se reconocen a sí mismos no como hombres o mujeres, sino como cuerpos parlantes, y reconocen a los otros como cuerpos parlantes. Renuncian no solo a una identidad sexual cerrada y determinada naturalmente, sino también a los beneficios que podrían obtener de una naturalización de los efectos sociales, económicos y jurídicos de sus prácticas significantes.
La contra-sexualidad es también una teoría del cuerpo que se sitúa fuera de las oposiciones hombre/mujer, masculino/femenino, heterosexualidad/homosexualidad. Define la sexualidad como tecnología.
¿Qué es una sociedad contra-sexual? La sociedad contra-sexual se dedica a la deconstrucción sistemática de la naturalización de las prácticas sexuales y del sistema de género. La sociedad contra-sexual proclama la equivalencia (y no la igualdad) de todos los cuerpos-sujetos sujetos parlantes que se comprometen con los términos del contrato contra-sexual dedicado a la búsqueda del placer-saber.
¿Por qué Preciado afirma que la ‘historia de la humanidad’ saldría beneficiada de rebautizarse como ‘historia de las tecnologías’, siendo el sexo y el género aparatos inscritos en un sistema tecnológico complejo?
¿Sobre qué temporalidades juega la contra-sexualidad? Una temporalidad lenta en la cual las instituciones sexuales parecen no haber sufrido nunca cambios. Toda tentativa para modificarlas sería juzgada como una forma de ‘psicosis colectiva’ o como un ‘Apocalipsis de la Humanidad’. Este plano de temporalidad fija es el fundamento metafísico de toda tecnología sexual. Pero hay también una temporalidad del acontecimiento en la que cada hecho escapa a la causalidad lineal. Una temporalidad fractal constituida de múltiples ‘ahoras’ que no pueden ser el simple efecto de la verdad natural de la identidad sexual o de un orden simbólico.
¿Cuál es el objeto de estudio de la contra-sexualidad? ¿Por qué? La contra-sexualidad tiene por objeto de estudio las transformaciones tecnológicas de los cuerpos sexuados y generizados. No rechaza la hipótesis de las construcciones sociales o psicológicas del género, pero las resitúa como mecanismos, estrategias y usos en un sistema tecnológico más amplio.
¿Por qué plantea que el sexo es una tecnología biopolítica? El sexo, como órgano y práctica, no es ni un lugar biológico preciso ni una pulsión natural. El sexo es una tecnología de dominación heterosocial que reduce el cuerpo a zonas erógenas en función de una distribución asimétrica del poder entre los géneros (femenino/masculino), haciendo coincidir ciertos afectos con determinados órganos, ciertas sensaciones con determinadas reacciones anatómicas. La naturaleza humana es un efecto de tecnología social que reproduce en los cuerpos, los espacios y los discursos la ecuación naturaleza= heterosexualidad.
El sistema heterosexual es un aparato social de producción de feminidad y masculinidad que opera por división y fragmentación del cuerpo: recorta órganos y genera zonas de alta intensidad sensitiva y motriz (visual, táctil, olfativa, ...) que después identifica como centros naturales y anatómicos de la diferencia sexual.
Los roles y las prácticas sexuales, que naturalmente se atribuyen a los géneros masculino y femenino, son un conjunto arbitrario de regulaciones inscritas en los cuerpos que aseguran la explotación material de un sexo sobre el otro. La diferencia sexual es una hetero-partición del cuerpo en la que no es posible la simetría. El proceso de creación de la diferencia sexual es una operación tecnológica de reducción, que consiste en extraer determinadas partes de la totalidad del cuerpo, y aislarlas para hacer de ellas significantes sexuales. Los hombres y las mujeres son construcciones metonímicas del sistema heterosexual de producción y de reproducción que autoriza el sometimiento de· las mujeres como fuerza de trabajo sexual y como medio de reproducción. Esta explotación es estructural, y los beneficios sexuales, que los hombres y las mujeres heterosexuales extraen de ella, obligan a reducir la superficie erótica a los órganos sexuales reproductivos y a privilegiar el pene como único centro mecánico de producción del impulso sexual.
El sistema de sexo-género es un sistema de escritura. La (hetero)sexualidad, lejos de surgir espontáneamente de cada cuerpo recién nacido, debe re-inscribirse o re-instituirse a través de operaciones constantes de repetición y de re-citación de los códigos (masculino y femenino) socialmente investidos como naturales.
¿Por qué Paul B Preciado comenta que ‘no se trata de sustituir unos términos por otros. No se trata tampoco de deshacerse de las marcas de género o de las referencias a la heterosexualidad, sino de modificar las posiciones de enunciación’?
Lo que hay que sacudir son las tecnologías de la escritura del sexo y del género, así como sus instituciones. No se trata de sustituir unos términos por otros. No se trata tampoco de deshacerse de las marcas de género o de las referencias a la heterosexualidad, sino de modificar las posiciones de enunciación.
¿Preciado comenta que la teoría queer de Butler o Sedwigck han puesto de manifiesto que ‘las expresiones, aparentemente descriptivas, <es una niña> o <es un niño>, pronunciadas en el momento del nacimiento (o incluso en el momento de la visualización ecográfica del feto) no son sino invocaciones performativas’, por qué lo dice así? Estos performativos del género son trozos de lenguaje cargados históricamente del poder de investir un cuerpo como masculino o como femenino, así como de sancionar los cuerpos que amenazan la coherencia del sistema sexo/género hasta el punto de someterlos a procesos quirúrgicos de <cosmética sexual>.
Identidad sexual
La identidad sexual no es la expresión instintiva de la verdad prediscursiva de la carne, sino un efecto de re-inscripción de las prácticas de género en el cuerpo.
Crítica al feminismo constructivista
El problema del llamado feminismo constructivista es haber hecho del cuerpo-sexo una materia informe a la que el género vendría a dar forma y significado dependiendo de la cultura o del momento histórico.
Género performativo y prostético.
El género no es simplemente performativo (es decir, un efecto de las prácticas culturales lingüístico-discursivas) corno habría querido Judith Butler. El género es ante todo prostético, es decir, no se da sino en la materialidad de los cuerpos. Es puramente construido y al mismo tiempo enteramente orgánico.
Género vs Dildo
El género se parece al dildo. Porque los dos pasan de la imitación. Su plasticidad carnal desestabiliza la distinción entre lo imitado y el imitador, entre la verdad y la representación de la verdad, entre la referencia y el referente, entre la naturaleza y el artificio, entre los órganos sexuales y las prácticas del sexo. El género podría resultar una tecnología sofisticada que fabrica cuerpos sexuales.
¿Cómo se vincula el ano como ‘el centro transitorio de un trabajo de deconstrucción contra-sexual? Existe una gestión del espacio a nivel corporal. La exclusión de ciertas relaciones entre géneros y sexos, así como la designación de ciertas partes del cuerpo como no-sexuales son las operaciones básicas de la fijación que naturaliza las prácticas que reconocemos como sexuales. El ano es el primero de todos los órganos en ser privatizado, colocado fuera del campo social. Las tres características fundamentales que convierten al ano en un trabajo de deconstrucción contra-sexual son: uno, el ano es un centro erógeno universal situado más allá de los límites anatómicos impuestos por la diferencia sexual. Dos, el ano es una zona de pasividad primordial, un centro de producción de excitación y placer que no figura en la lista de puntos prescritos como orgásmicos. Tres, el ano constituye un espacio de trabajo tecnológico, es una fábrica de reelaboración del cuerpo contra-sexual post-humano. El trabajo del ano no apunta a la reproducción ni se funda en el establecimiento de un nexo romántico. Genera beneficios que no pueden medirse en una economía heterocentrada.
¿Cómo podemos relacionar el análisis crítico de la masculinidad con el trabajo de Paul B Preciado?
¿Qué claves podemos sacar del trabajo de Preciado que nos pueden permitir ir desarticulando el mandato hegemónico de la masculinidad?
🤯💥
Les agradecemos mucho por asistir, seguiremos habilitando estos espacios para poder seguir reflexionando y detonando masculinidades libres de violencia.✨
Amigo, si tú estás interesado, publicamos nuestras sesiones en Masculinidades - Círculo de Lectura👈 para que puedas acompañarnos.👍
Nota: No hubo fotos de esta sesión por haber sido realizada de manera virtual.
#contrasexualidad #contrasexual
